- Cómo envejece
- Por qué envejece
- Lo que necesita para protegerse y mejorarse
A la sección superior o superficial se le llama capa córnea. Esta capa tiene un grosor similar al de tan sólo una hoja de papel delgado, pero es lo que proporciona a tu piel todas sus propiedades como barrera. La capa córnea está formada de células aplanadas cubiertas con humectantes para mantenerlas húmedas, flexibles y rodeadas de lípidos especiales que controlan la pérdida de humedad. La capa córnea está también cubierta con una fina película de sebo, una sustancia que es secretada por las glándulas sebáceas. El sebo lubrica tu piel y la mantiene con aspecto sano.
Lo que hace la epidermis: · Desvía los daños causados por el sol, las impurezas y las bacterias · Ayuda a regular la temperatura del cuerpo · Previene la pérdida de humedad.
2. La Dermis. La dermis yace debajo de la epidermis, conectada por una membrana continua. Es la sección más gruesa de tu piel. Aquí encontrarás vasos sanguíneos, glóbulos blancos, terminaciones nerviosas, folículos capilares, glándulas sudoríparas y glándulas sebáceas. Las células en la dermis fabrican el colágeno y la elastina, proteínas fibrosas que son los componentes estructurales primarios de tu piel. Estas proteínas dan a tu piel su resistencia y elasticidad.
· Produce el colágeno que mantiene la piel firme.
· Produce la elastina que mantiene la piel flexible.
· Genera sebo que mantiene la piel flexible y humectada.
· Conecta la piel con los tejidos y músculos subyacentes.
A medida que pasa el tiempo, este proceso de renovación tiende a desacelerarse. También puede ser afectado por ciertos trastornos de la piel, incluyendo la dermatitis y la psoriasis.
Si pudieras ver la actividad celular de tu cuerpo a través de un poderoso microscopio, encontrarías a uno de sus más poderosos enemigos, conocidas como “radicales libres”, que son producidos de forma natural en el organismo. Estas moléculas cargadas eléctricamente atacan a las células sanas en tu cuerpo que, a su vez, se convierten en nuevos radicales libres. Estos desechos se acumulan e impiden a las células trabajar con normalidad, comprometiendo su función y estructura, y destruyéndola finalmente.
Un radical libre puede llevar a otros en una reacción destructiva en cadena llamada oxidación, lo cual causa daños a la piel y envejecimiento prematuro. Se manifiesta como líneas finas de expresión, irregularidad y opacidad en el tono de la piel y pérdida de firmeza y elasticidad. La oxidación también está implicada en el desarrollo de numerosas enfermedades, incluyendo las enfermedades del corazón.
¿Qué causa los radicales libres? Los radicales libres son desencadenados tanto interna como externamente.
Los procesos normales de producción de energía de nuestro cuerpo
El metabolismo normal de grasas, carbohidratos y proteínas
La digestión de alimentos grasosos, alimentos procesados, alcohol y cafeína
Sustancias químicas y endocrinas producidas por el estrés
Suministro bajo de sangre causado por ataques cardíacos
Desencadenadores externos:
Fumar
Contaminación
Exposición a rayos UV
Fatiga
Químicos tóxicos
El cuerpo humano tiene maneras que corregir o prevenir el daño causado por los radicales libres, e impedir que causen perjuicios a los tejidos, a través de los llamados antioxidantes. Sin embargo no todos los daños de los radicales libres se pueden evitar o reparar, lo cual da lugar a la aparición de determinadas enfermedades.
El antídoto contra radicales libres. El término “antioxidante” literalmente significa “contra la oxidación”. Son las cruzadas contra los radicales libres y los procesos de oxidación que dañan nuestra piel y nuestra salud.
Algunos antioxidantes son producidos de manera natural por nuestro cuerpo. Además, ahora sabemos que muchas substancias, incluyendo las vitaminas, minerales y ciertos alimentos e ingredientes tópicos contienen poderosos antioxidantes que pueden complementar lo que produce nuestro cuerpo. Es importante saber esto ya que, a medida que pasa el tiempo, nuestros niveles de antioxidantes disminuyen, por lo que es esencial el consumo de productos que nos suplementen.
Antioxidantes de origen natural:
Glutationa (un aminoácido que desintoxica y defiende contra el daño de fumar y la radiación)
Antioxidantes externos:
Vitaminas A, C y E
Ciertos minerales, incluyendo el selenio y el zinc
Extractos del té verde
Frutas y verduras
Extracto de semilla de uva
Turmérico
La mejor estrategia para combatir los radicales libres es un enfoque antioxidante multinivel:
- Sigue una dieta sana que incluya abundantes frutas y verduras frescas
- Pregunta a tu médico sobre los suplementos antioxidantes
- Selecciona productos para el cuidado de la piel que contengan ingredientes antioxidantes tópicos para promover las defensas de tu piel contra el daño del sol y la contaminación.